PERDIDA
No me reconozco. Ésta que está ahora aquí, sin duda, no soy yo; no se parece a mí y por más que lo intenta no llega a ser ni una burda imitación de mí misma.
Y lo sé porque yo nunca había tenido frío, ni miedo, ni estaba rodeada constantemente de incertidumbres y debilidades absurdas.
Porque yo era certeza, seguridad, alegría, sonrisas, tranquilidad, sosiego, remolino, desvergüenza, madurez, locura.
Hace una semana, creí verme. Me seguí para pedirme volver a casa, pero no sé en qué punto de mi laberinto conseguí despistarme nuevamente.
No me rindo, aunque cada vez estoy más cansada y me cuesta más levantarme y emprender la búsqueda.
Es curioso, pero cada mañana, cuando me levanto y miro lo que refleja el espejo cuando me enfrento a él, tengo la sensación de que lo único que veo es el doloroso mensaje de "Sigue buscando..."
2 comentarios
meriweder -
Un beso fuerte peque.
Miri -
Besos!