Va por tí, niña!
Hoy tenía preparado algo para colgar sobre la noche de San Juan, pero en el último momento he decido poner otra cosa (obsesivo en mí se está convirtiendo ya esto de cambiar de opinión en el último momento; sólo lo siento por la gente que me rodea, y lo sufre en silencio).
Es algo que he recibido hoy por correo de una de mis mejores amigas y, con su permiso, por supuesto, ahí va:
El otro día, camino de Lusiberia en una furgoneta del club repleta de niñas que hacían que yo echase de menos a un personaje como Herodes, me fijé en un anuncio de whisky de una parada de autobús. Un actor firmaba una frase, seguramente de otro, en la que decía "Prefiero tener ventanas a espejos"... me hizo pensar como las famosas frases del día. Yo también lo prefiero.
Como ya me conoces mejor que yo misma por la ventaja de la perspectiva, imaginarás que lo primero que me pasó por la cabeza fue mi eterna y en estos momentos más tormentosa relación con mi propio reflejo. Fue mi primer impulso, el odio a la imagen que me devuelve un espejo impertinente pero sincero como el del cuento de Blancanieves.
Sin embargo algo debo haber crecido porque lo que en otro tiempo me hubiera condicionado el resto del día creándome una espiral de pensamientos, pasó a un segundo plano cuando, reflexionando, me di cuenta que la ventaja de las ventanas es que miras fuera y no dentro de una misma, dejas de ser un sumidero de pensamientos que te absorbe cada instante de tu vida para pensar en lo que rodea y sobre todo en los que te rodean... Yo también prefiero las ventanas.
La persona que ha escrito esto es, os lo aseguro, una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Alguien, que ha estado viviendo rodeada de inseguridades absurdas alimentadas por una serie de condicionamientos en su entorno y por un fracaso sentimental al que, sin duda, le ha dado más importancia de la que tenía.
Es alguien guapa por fuera y por dentro, una persona que no pasa desapercibida y encandila a quien la rodea, lo que puede haber jugado en su contra, ya que no es fácil conjugar todo esto con la modestia, la sencillez y humildad (cualidades que posee hasta el extremo).
Desde aquí quiero que sepa – y sé que me creerá porque siempre me dice que soy demasiado sincera – que tiene un lugar de honor en mi existencia y que me hace sentir privilegiada cuando me llama "amiga".
Que me ha demostrado su comprensión, complicidad, cariño, cercanía, generosidad, luz , cobijo y alegría cuando más lo he necesitado; y que espero haberle correspondido en la misma medida cuando ella lo ha requerido.
Y sobretodo, que me alegra enormemente comprobar cómo está teniendo fuerzas titánicas para remontar y ver ventanas donde antes sólo había reflejos tormentosos.
Todo el resto de cosas que se le pueden decir a alguien a quien quieres, ella, ya las sabe.
6 comentarios
meriweder -
landay, no dejes de escribir un nuevo monólogo de humor sobre la noche de San Juan pq ese viaje a la playa no tiene desperdicio
Miri -
Mil besos!
Ro -
Mua.
Yasabesquiensoy -
No me preguntes porqué me he puesto tan filosófico, es sólo que lo de las ventanas y espejos me ha recordado eso.
telmo -
Saludos escandinavos
claudia -